15 de agosto de 2010

Heroínas


Despertó, miro a su alrededor, se sentía rara sin saber por qué. Se paro de la cama, miró su espejo, sonrió y enderezó la espalda. Le extrañaba que no hubiera sonado la alarma que sin falla la despertaba. No porque necesitara despertador sino porque la ciudad la necesitaba, tenía que salir, volar sobre los edificios, luchar contra el mal, salvar a los indefensos.


Miró el reloj, ya era tarde. Quizá había puesto la alarma en p.m. y no en a.m. Le solía pasar. Se apresuró, tenía que ayudar a la gente, quería aprovechar que no tenía clase ese día en la U. Abrió el closet, se puso su traje. Ella no entendía por qué la miraban raro cuando salía con su atuendo.


No le importaba. Ella se encargaba de proteger a sus compatriotas. Ese pensamiento la llenó de impulso y salió por la ventana intentando volar. “AAAAA” – gritó y de culo cayó. Afortunadamente vivía en un segundo piso. Nada grave.

¿Qué pasaba con sus poderes? Vaya confusión.  – ¡Deja de tirarte por la ventana tonta! – Se escuchó una vecina gritar. Ignorando su comentario se paró, se limpió y mientras iba en busca de gente para salvar le sonó el celular:


– ¿Entonces nena? Ya encontré lo suyo, vengase rápido que va a haber tropel hoy ¡Duro con los tombos! vengase volando si quiere pero no se demore.


– ¿Pues si no? Yo tan boba, debí haber pensando en eso desde primer semestre. Ya voy para allá.

BluePixel

1 comentario:

xiwe! dijo...

Mi heroína favorita.

Que haría yo sin tus superpoderes?

Publicar un comentario